El reloj para el siglo XXI que llega desde la Francia del XVIII

2022-10-03 22:59:38 By : Ms. Phoebe Pang

Hace ya muchos años que las posibilidades para saber la hora son casi infinitas. La diferencia está en los detalles, donde la nueva interpretación del Classique Calendrier 7337 de Breguet es insuperable.

Si guardas con cariño desde el reloj que te regalaron en la comunión hasta la última adquisición de tu colección, es porque eres un enamorado de estos pequeños prodigios mecánicos que, por más sucedáneos que aparezcan para hacerles la competencia, jamás dejarán de estar de moda.

Los trabajos bien hechos, las piezas en las que se mima hasta el menor de los detalles, son siempre necesarias y, quizás en estos momentos, más valoradas que nunca. Toda la colección Classique de Breguet responde a estos parámetros. Su última incorporación, el Calendrier 7337, por supuesto, también.

Hace casi doscientos cincuenta años Abraham-Louis Breguet fundó su empresa en París para llevar la modernidad al mundo de los relojes (sí, antes de 1800 también había gente moderna). En plena era barroca se pasó, con sus primeros relojes, al neoclásico. Lo creáis o no, fue un adelantado a su tiempo. El lema para el arranque de su producción fue fabricar piezas útiles y fáciles de manipular; además, introdujo elementos originales como las agujas à pomme caladas, el guilloché y la esfera descentrada. Tanto el lema como esas aportaciones siguen presentes en los actuales relojes de la casa. Por eso, cuando ajustas la correa de uno de sus relojes (de piel de aligátor azul noche o marrón misterioso) a tu muñeca lo que haces es sentir el privilegio de dos siglos y medio de arte relojero.

Igual tardas, no sé, un segundo en el proceso completo de mirar la hora en tu reloj, desde que el cerebro da la orden de levantar el brazo y girar la muñeca hasta que recobra la posición. No parece demasiado, igual no justifica una gran adquisición. Hasta que te sientas relajado, en el sofá de casa o en la silla del despacho, y empiezas a navegar por todo lo que encuentras en la pequeña esfera del Classique Calendrier 7337.

Esas creaciones que surgieron de la cabeza de ese maestro relojero permanecen en tu muñeca. Dentro de esa caja, de oro blanco o rosa, domina la esfera excéntrica con un fino guilloché Clous de Paris. Las fases de la luna nunca fueron tan atractivas. Te aseguramos que no vas a volver a perder la próxima superluna. La luna de oro en la parte superior de la esfera está martillada a mano y las nubes a su alrededor llevan un tratamiento de arenado fino que les da un elegante acabado mate. La laca azul que forma el cielo revela las estrellas según la orientación del garde-temps.

Los detalles son innumerables, tanto en el exterior como en el verdadero corazón de este reloj: su mecanismo, al que da vida el calibre 502. Su grosor le hace uno de los más finos de la casa. En ese reducidísimo espacio entra, no obstante, toda la precisión tradicional de Breguet. Doscientos treinta y seis componentes, entre los que destaca la espiral de silicio, son los garantes de que tu hora será siempre la correcta. El fondo de cristal de zafiro de la caja te permitirá pasar las horas disfrutando tanto de esa legendaria precisión como de los acabados y decoraciones de cada elemento.

El Classique Calendrier 7337 es un reloj, da la hora, tiene las fases lunares y, con ese nombre, por supuesto, un calendario. Igual te parece poco. Acércate a contemplarlo y, si encuentras las palabras, nos lo cuentas.